Estas dificultades mayores de la oposición del individuo a la colectividad o del bien al mal y, en general, esas locas contradicciones de las que de ordinario no salimos más que negándolas, me ha parecido que sólo un golpe de suerte -en plena audacia del juego- puede vencerlas libremente.

George Bataille (Sobre Nietzsche. Voluntad de suerte)

La consecuencia de la negación de que lo uno sea puede resumirse del siguiente modo: si lo uno no es, aquello que es, es el múltiple puro.

Platón (Parménides)

Si la guerra no es un ejemplo de acontecimiento entre otros, sino el acontecimiento en su esencia, es sin duda porque se efectúa de muchas maneras a la vez.

Giles Deleuze (Diferencia y repetición).

Sua cuique persona: a cada cual (le corresponde) su máscara

Séneca (Tratado Sobre los beneficios)

El mundo se presenta caótico y rutinario al mismo tiempo, sobrepoblado pero propicio para una soledad patológica. Las ciencias “duras” aceptan los estados indeterminados y mutantes de la materia y las matemáticas hacen su día a día de números “reales”, con su fauna de irracionales, trascendentes, infinitos e infinitesimales. En cambio, las ciencias sociales endurecen su discurso para defender fronteras, tomar partido, apoyar el consenso o la revolución, la ciencia o la poesía, el Estado o el Mercado, las redes sociales o el apagón informático, la globalización o el resurgir de las guerras nacionales. Al fin de cuentas, ¿tengo que salir a la calle o quedarme a esperar el robot?; ¿qué o quién se quedará con mi último aliento?

Un estado de cosas que, se diría, no admite ser descripto más que en una lógica de estados entrelazados, en red, que inesperadamente pueden tomar una forma u otra. Una lógica que deja de ser binaria y se manifiesta como lógica de juegos: juegos del lenguaje, juegos de guerra, eróticos, monetarios, políticos. Y quien “no atiende su juego” se sume en el desconcierto.

Tal vez pueda rastrearse una ontología materialista pre-objetiva y pre-subjetiva que ayude a pensar semejante estado de cosas, al costo de rozar ciertos conceptos matemáticos. Conceptos que siempre estuvieron mezclados con la filosofía, y que hoy llamamos cálculo diferencial, teoría de juegos o teoría de redes. Allí, en esos espacios abstractos, “cuasi-teológicos”, esotéricos, el Ser se dice matemáticamente para pensar los límites con lo indeterminado. Una ventana que descubre una ética de Nadie. Que no es lo opuesto a Alguien, ni una pureza abstracta y negativa, ni una nada de deter­minación, sino la emergencia de un elemento individual sumergido en su trasfondo continuo y pre-individual.

CONCEPTOS A ABORDAR:

- Una ontología genética que, desde lo infinitamente pequeño, compone relaciones de determinación y da lugar a la singularidad de cada cosa y cada subjetividad.

- Los juegos que jugamos a diario, saturados de competencia, azar, máscaras y vértigo.

- Continuidades y discontinuidades de un presente (un regalo) de asombros, que trae consigo todos sus futuros posibles.

BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA

George Bataille: Sobre Nietzsche. Voluntad de suerte

Roger Callois: Los juegos y los hombres

Gilbert Simondon: La individuación

Giles Deleuze: Diferencia y repetición

Gonzalo Santaya: El cálculo trascendental

Ricard Solé: Redes complejas